-¿me puedes explicar lo que tengo que saber para la prueba de mañana? - con esa pregunta se me acercó temprano mi compañero Tomás, ya que había faltado y necesitaba la materia. Por instinto me salió un sí antes de caer en cuenta de yo tampoco sabía nada para la prueba, cosa que le hubiera dicho de no haber notado también que explicarle castellano significaba ir a su casa y disfrutar la vista de su magnifica hermana.
Ya pactado nuestro compromiso, decidí investigar durante el día todo sobre la prueba de castellano para poder llevar esta situación de la mejor manera. Sin embargo, esto no fue posible, ya que seducido por la pelota en los recreos y por imagen de esos ojos que no me abandonaban, poco y nada descubrí para desarrollar mis explicaciones. Por este motivo, cuando el reloj dio la temible hora de salida, confié con toda mi alma en mi capacidad de improvisación y en tener la suerte del tamaño de un buque, pues solo así algo de lo que le dijera estaría correcto.
Al llegar a casa de Tomás descubrí que no todo sale perfecto siempre, ya que solo estábamos nosotros dos y no estaba ahí la motivación de mi pecado. Aferrado a la esperanza opté por hacer muy larga “la clase” de castellano, así era posible que llegara ella, por lo que cuando nos sentamos a definir los temas que entraban no dudé en agregar todo lo que se me ocurriera. Mientras todos estudiaban la historia de la literatura, nosotros estudiamos también sobre el narrador auto diegético, el flash forward, el monologo interior y la huevada, cosa que Tomás acepto con el viejo y confiable “el profesor dijo que lo podía preguntar”.
Llegados a este punto, ya no sabía cómo alargar la lección para ganar tiempo, pero no hizo falta, ya que mi compañero, agradecido como él solo dijo:
-Me imagino que estás cansado y muerto de hambre, ¿quieres comer algo antes de seguir? Para darte las gracias me rajo con una pizza- ¿y por qué no mejor con tu hermana? Pensé.
Con la conciencia pesándome con ganas, acepté, ganando una hora y trece minutos para que llegara la anhelada hermana entre comer la pizza y jugar algunas partidas de Call of Duty, pero la justicia divina es sabia y la mantuvo aún lejos de mí.
Sentados ya en la sala abrí mi cuaderno simulando una basta colección de apuntes en hojas casi vírgenes, y con férrea decisión continué mi exposición del tema. Esta vez nos adentramos en el teatro y la poesía.
-Para partir, hagamos una distinción de los temas que vamos a estudiar: la Poesía es la que se escribe en verso, el teatro en diálogo y la literatura en prosa.
- ¿y qué pasa en las obras de teatro griego? ¿Qué son esas?
Desconcertado ante tal pregunta dije: esas son literatura porque es como la adaptación a cine de un libro. Están escritos en prosa, y por eso son literatura.
Siguió mi explicación sobre la literatura y demás con cuanto dato se me cruzara por la cabeza. No me logro explicar si fue por mi firme determinación o su fuerte desesperación por la prueba, pero Tomás no dudo nunca sobre mis comentarios, sino que me veía con la misma admiración con que yo miraría a su hermana.
Ya bien entrada la tarde los rezos se cumplieron y llegó la hermana de Tomás, y para mi dicha y desdicha se fijó en mi mientras comentaba sobre literatura romántica – Es la que se trata del amor- dije- sobre el enamoramiento y todas esas cosas que se ven en las películas románticas-.
En parte por su gesto que decía que me había equivocado y en parte por la vergüenza que me dio decir eso, cambié mi definición totalmente, y dije, “creo que no era eso, es lo que viene de Roma, todo lo que sea hecho en Roma es romántico, de ahí el nombre” Mire de reojo a ver si encontraba la aceptación de mi musa, pero parece que ya se había ido.
Luego de un par de horas de lo que Tomás llamaría estudio, me dijo que encontraba la materia muy difícil y complicada. Sentí el corazón en la boca, de seguro ya había descubierto todo. Cruzando los dedos le aseguré que era más fácil entender si lo miraba con perspectiva, a lo que me sonrió y me dijo que ya estaba bien y era tiempo de irme, a lo que contesté que mejor me quedaba a comer en su casa, pues ya era buena hora, pero me frenó en seco con un “mejor te vas”
Sin más opción me tuve que ir. Pasando el umbral de su casa bloqué a Tomas en WhatsApp para evitar sustos esa tarde, y ya en el portón, mirando a su hermana por la ventana, dije con el cuerpo cansado: Nos vemos mañana en la prueba. Ya cuando daba mis primeros pasos alejándome, escuché que una voz femenina me llamaba desde atrás, infinita fue mi emoción mientras me giraba para verla, e infinita también fue mi decepción cuando vi a la nana de Tomás con mi bip en la mano. Yendo a buscarla veo a Tomás asomarse por la puerta, y como en un sueño lo escucho decir: ¿y cómo estamos para filosofía mañana?
Ya pactado nuestro compromiso, decidí investigar durante el día todo sobre la prueba de castellano para poder llevar esta situación de la mejor manera. Sin embargo, esto no fue posible, ya que seducido por la pelota en los recreos y por imagen de esos ojos que no me abandonaban, poco y nada descubrí para desarrollar mis explicaciones. Por este motivo, cuando el reloj dio la temible hora de salida, confié con toda mi alma en mi capacidad de improvisación y en tener la suerte del tamaño de un buque, pues solo así algo de lo que le dijera estaría correcto.
Al llegar a casa de Tomás descubrí que no todo sale perfecto siempre, ya que solo estábamos nosotros dos y no estaba ahí la motivación de mi pecado. Aferrado a la esperanza opté por hacer muy larga “la clase” de castellano, así era posible que llegara ella, por lo que cuando nos sentamos a definir los temas que entraban no dudé en agregar todo lo que se me ocurriera. Mientras todos estudiaban la historia de la literatura, nosotros estudiamos también sobre el narrador auto diegético, el flash forward, el monologo interior y la huevada, cosa que Tomás acepto con el viejo y confiable “el profesor dijo que lo podía preguntar”.
Llegados a este punto, ya no sabía cómo alargar la lección para ganar tiempo, pero no hizo falta, ya que mi compañero, agradecido como él solo dijo:
-Me imagino que estás cansado y muerto de hambre, ¿quieres comer algo antes de seguir? Para darte las gracias me rajo con una pizza- ¿y por qué no mejor con tu hermana? Pensé.
Con la conciencia pesándome con ganas, acepté, ganando una hora y trece minutos para que llegara la anhelada hermana entre comer la pizza y jugar algunas partidas de Call of Duty, pero la justicia divina es sabia y la mantuvo aún lejos de mí.
Sentados ya en la sala abrí mi cuaderno simulando una basta colección de apuntes en hojas casi vírgenes, y con férrea decisión continué mi exposición del tema. Esta vez nos adentramos en el teatro y la poesía.
-Para partir, hagamos una distinción de los temas que vamos a estudiar: la Poesía es la que se escribe en verso, el teatro en diálogo y la literatura en prosa.
- ¿y qué pasa en las obras de teatro griego? ¿Qué son esas?
Desconcertado ante tal pregunta dije: esas son literatura porque es como la adaptación a cine de un libro. Están escritos en prosa, y por eso son literatura.
Siguió mi explicación sobre la literatura y demás con cuanto dato se me cruzara por la cabeza. No me logro explicar si fue por mi firme determinación o su fuerte desesperación por la prueba, pero Tomás no dudo nunca sobre mis comentarios, sino que me veía con la misma admiración con que yo miraría a su hermana.
Ya bien entrada la tarde los rezos se cumplieron y llegó la hermana de Tomás, y para mi dicha y desdicha se fijó en mi mientras comentaba sobre literatura romántica – Es la que se trata del amor- dije- sobre el enamoramiento y todas esas cosas que se ven en las películas románticas-.
En parte por su gesto que decía que me había equivocado y en parte por la vergüenza que me dio decir eso, cambié mi definición totalmente, y dije, “creo que no era eso, es lo que viene de Roma, todo lo que sea hecho en Roma es romántico, de ahí el nombre” Mire de reojo a ver si encontraba la aceptación de mi musa, pero parece que ya se había ido.
Luego de un par de horas de lo que Tomás llamaría estudio, me dijo que encontraba la materia muy difícil y complicada. Sentí el corazón en la boca, de seguro ya había descubierto todo. Cruzando los dedos le aseguré que era más fácil entender si lo miraba con perspectiva, a lo que me sonrió y me dijo que ya estaba bien y era tiempo de irme, a lo que contesté que mejor me quedaba a comer en su casa, pues ya era buena hora, pero me frenó en seco con un “mejor te vas”
Sin más opción me tuve que ir. Pasando el umbral de su casa bloqué a Tomas en WhatsApp para evitar sustos esa tarde, y ya en el portón, mirando a su hermana por la ventana, dije con el cuerpo cansado: Nos vemos mañana en la prueba. Ya cuando daba mis primeros pasos alejándome, escuché que una voz femenina me llamaba desde atrás, infinita fue mi emoción mientras me giraba para verla, e infinita también fue mi decepción cuando vi a la nana de Tomás con mi bip en la mano. Yendo a buscarla veo a Tomás asomarse por la puerta, y como en un sueño lo escucho decir: ¿y cómo estamos para filosofía mañana?
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