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Mostrando entradas de julio, 2015

Lagrimas del diablo

Llevaba 3 semanas sin dormir, los ojos no lograba cerrarlos completamente, había más que una preocupación de por medio, cuentas de la casa, el colegio de los chicos y problemas con el banco, una vida  matrimonial derritiéndose poco a poco en los 35 grados de calor que atravesaba la ventana de la pieza de los dos, una cama que los hace nada más que sudar e incomodar entre sus sabanas blancas en una noche desértica y corta. Solían ser más felices, con mas sueños, mas proyecciones en vez de ser lo que son ahora , unos simples insectos en el jardín, aplastados por la vida laboral y de conseguir cada día y cada hora un poco mas de oxigeno para ellos mismos, y que no los tapen y no los devuelvan a la mugrosa tierra que vinieron. Ricardo tuvo su frente en lo más alto, en la cúspide de sus sueños, ya el insomnio lo encarcela, fatigandolo de a poco lentamente como animal en un matadero, mientras que su sangre se derrama de apoco, formando el reflejo de su odio en el charco de sangre....

La Droga de Cobra. Cuento Concurso

Las puertas rechinaban, el sol atacaba la sombra que iba a refugiarse bajo los techos, el silencio reinaba en el Oeste, mientras que dos hombres bebían y bebían whiskey en el Saloon del pueblo. Los revólveres estaban sobre la mesa, junto con los respectivos sombreros. Las viejas cuerdas y las teclas de marfil adornaban la instancia con un agradable murmullo. De vez en cuando un fuerte golpe de los vasos contra la barra exigiendo un relleno, o una camarera a medio vestir recogiendo platos y jarras de cerveza sucias entraban en la escena.  Todos los clientes intentaban ocultar su miedo hacia estos dos hombres. Algunos reían ruidosamente para dar cuenta de que no les interesaba que estuviesen ahí. Otros coqueteaban con la semidesnuda camarera, y otros simplemente bebían hasta caer sobre las mesas redondas del local. El lugar era bastante acogedor a decir verdad. Un fuego caliente ardía encarcelado en la chimenea, sobre la cual se podían apreciar innumerables afiches de un color...

Los espectros

--> Llevaba poco menos de una hora paseando con mi perro. El paisaje de suaves colinas era muy agradable y el día estaba en su máximo esplendor. Me llamó la atención uno de los cerros que era notablemente más escarpado que los de alrededor, con un discreto pero tupido bosque de robles de gran altura en su parte baja y un pequeño sendero sinuoso que se adentraba en él. Una ráfaga de viento tibio turbó la tranquilidad del bosque, que se estremeció, como suspirando. El perro comenzó a actuar de manera extraña, caminando en círculos con la cabeza gacha y gimiendo. Sin lograr tranquilizarlo lo amarré a uno de los postes del cerco que bordeaba el camino. El cerro despertaba mi curiosidad, era demasiado el contraste que producía con todo lo que había alrededor. Me dirigí hacia él. La quietud era impresionante, ningún ruido perturbaba el silencioso ambiente. Me crucé en el camino con algo que se dirigía al pueblo en sentido contrario. Iba a paso rápido y estuvo cerca de atropellar...