Entre montes vírgenes,
Y sobre raudos espejos de cristal,
Tú, Alerce, te alzas.
Imperecedera entre nosotros,
Te afanas en habitar en bosques relictos,
Donde muy pocos logran encontrarte.
Cual atlas sostienes los australes cielos,
Pilar de las estrellas, estatua vegetal,
Tomas la prístina agua del sur,
Y la conviertes en energía de la que el huemul se nutre,
Y en donde el pudú se refugia,
Primogénita de Gea.
Llevas en tus venas la sangre de un aventurero,
Que surcó los siete mares en busca de gloria,
Y su marca se nota en ti,
Amazona esmeralda, cazadora de astros.
De tu madera nacieron grandes navíos y templos
Lástima que nuestros padres te hayan usado
Para alimentar a sus dragones de hierro.
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