Desta historia no se sabe mucho, pero lo poco que se sabe os bastará para que os hagáis una pequeñísima idea de lo que esa noche misma sucedió. Halláronle tendido en el suelo, no por mero gusto sino que por desgracia, con una daga clavada en su desdichado corazón. Agora bien, vosotros poco sabéis desto, y lo poco que sabéis es sólo porque os lo acabo de transmitir. Aún así, hasta el más torpe de las criaturas creadas por Dios podría deducir que esto fue un vil asesinato, cometido por algún vil bandolero que también, y de igual forma, podría asesinaros a vosotros. Sin ningún escrúpulo ni vacilación alguna. Es por esto que ustedes no deben mencionar palabra alguna sobre el asesinato que acabáis de deducir se ha llevado a cabo, ya que el vil bandolero que os acabo de mencionar no dudará en asesinar de nuevo con tal de no dejar a testigo vivo alguno. Así que os pido, lectores, que por favor mantengáis el silencio y que no me hagáis hacer uso de mis dagas nuevamente.