Santiago centro, una calle atestada de gente, gente que camina apresurada, gente llena de preocupaciones, gente a la que la vida moderna ha deshumanizado.
A mi lado pasan cientos de personas por minuto, me miran sin verme, se miran entre ellos pero no se ven. Nada ven.
¿Qué es el mundo? ¿Qué es la vida? Preocupaciones y actividad... ¿Actividad? ¿Para qué? ¿Por qué? Nadie lo sabe... La gente solamente actúa, actúa y actúa... No tiene tiempo para más. ¿Tiempo? Supuestamente la modernidad nos lo daría en abundancia... Más tiempo, más actividad.... ¿Por qué? ¿Para qué? Nadie lo sabe....
Gente, gente en abundancia, llenan las calles como ríos en constante movimiento, se mueven, corren, se preocupan. ¿Por qué? ¿Para qué? Nadie lo sabe...
Todo está atiborrado, es confuso, preocupante. Hay carteles en abundancia, me ofrecen consumismo y hedonismo, no comprendo el por qué. Desespero, todo es en vano... La sociedad está perdida, requiere un trauma, una conmoción, requiere despertar, levantarse y mirar atrás. Caminan alegremente a un abismo... Caminan, corren y finalmente caen con esa artificial sonrisa...
Un resplandor, una luz. El sol se opaca, sólo veo la luz por mí producida. Una onda de choque, calor, sufrimiento, gritos y agonía... Quizá aprendan, quizá no... ¿Por qué? ¿Para qué? Ni yo lo sé....
Agustín Izquierdo
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