Fallé. A pesar de que apreté con decisión, pero fallé y como cosa de magia un apretón llego hacia mis músculos y me tensé como una piedra, cerrando todo lo que podía cerrar en mi cuerpo.
Pasaron unos instantes y el juicio final, la otra vida, la separación alma y cuerpo, la visita del querido ángel de la muerte y todo lo que sucedo cuando se pasa de éste al otro mudo no llegaban, por las dudas abrí los ojos. Allí estaba la bomba con el cronómetro detenido, no había explotado. Una cascada de suspiros corrió por mi aliento y de nuevo por las dudas posé mi mano derecha por el detonador que yacía en mi bolsillo, por alguna razón que no recuerdo lo oprimí con demasiada fuerza, especialmente el botón de detonación. Y de nuevo como cosa de magia un apretón llego hacia mis músculos, me tense como una piedra y por alguna razón que no recuerdo una capa caliente cubrió mi espalda.
Pasaron unos instantes y el juicio final, la otra vida, la separación alma y cuerpo, la visita del querido ángel de la muerte y todo lo que sucedo cuando se pasa de éste al otro mudo no llegaban, por las dudas abrí los ojos. Allí estaba la bomba con el cronómetro detenido, no había explotado. Una cascada de suspiros corrió por mi aliento y de nuevo por las dudas posé mi mano derecha por el detonador que yacía en mi bolsillo, por alguna razón que no recuerdo lo oprimí con demasiada fuerza, especialmente el botón de detonación. Y de nuevo como cosa de magia un apretón llego hacia mis músculos, me tense como una piedra y por alguna razón que no recuerdo una capa caliente cubrió mi espalda.
Bernardo Fontaine
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