Se escucha una enorme explosión, todo se nubla, mis oídos se tapan, me desmayo...
Oigo voces muy lejanas, murmullos quizás, no entiendo lo que dicen. No esperen ahora comienzo a comprender lo que dicen, sus murmullos se vuelven gritos:
-Crees que estará vivo.-dijo una voz un tanto infantil.
-Por supuesto que está vivo imbécil, que no escuchas como respira.- dijo otra voz que denotaba impaciencia y autoridad debía ser alguien de edad.
-Mira comienza a despertarse.-dijo la voz infantil.
-¿Donde estoy?.- pregunté intentando incorporarme.
-No te muevas.-dijo la voz autoritaria.-estás en los territorios de la base militar soldado. Es increíble que hayas sobrevivido ileso de la explosión.
-¿Por qué?.-pregunté confundido.
-Pues porque acaba de caer un avión enemigo en nuestros territorios y tú..
De pronto dejé de escuchar al hombre de autoritaria voz y comencé a pensar; si lo que decía esta persona era cierto que carajos pasaba, ¿es qué acaso me encontraba en una guerra, era yo un soldado?
-Hola, ¿estás ahí?.-intervino en mis pensamientos la voz infantil.
-¿Qué?.-pregunté malhumorado por la interrupción.
-Es como que te habías ido.-contestó
-No, solo me preguntaba qué mierda hago en una guerra.
-Ja, y no eres el único, todos nos preguntamos lo mismo.-dijo la voz autoritaria.
-Me ayudan a pararme.- dije
-Si claro.-dijeron los dos idiotas al unísono.
Me pararon y me dejaron de pie solo, de pronto todo se siente lejano, todo se nubla, los oídos se tapan, los soldados desaparecen, todo se vuelve negro...
Despierto sobresaltado con un calor infernal, con un ruido ensordecedor, todo se mueve. Estoy sentado, amarrado a un asiento, debía ser una pesadilla, cerré los ojos y los volví a abrir, definitivamente no era un sueño, había dejado la base militar. Me encontraba en un avión de combate y yo era el piloto, de pronto mi cerebro recuperó la cordura, yo nunca estuve en la base militar eso no era real, los dos soldados que me habían ayudado no eran mis compañeros sino mis enemigos, entonces el del avión derribado era yo. El calor infernal era el resultado del impacto de un misil en mi aeronave, el ruido ensordecedor era el del aparato cayendo a gran velocidad. Voy en un viaje hacia la muerte, intento elevar el avión pero nada, los motores estaban arruinados. Entonces espero mi fin, intento recordar mi vida, mi familia, mis amigos pero la desesperación me consume. Solo me queda rezar pero eso no evitaría mi muerte, además no me sabía ninguna oración. Me río a carcajadas de mi mismo, de mi situación, de la guerra, de mi vida, todo es ridículo. Saco un cigarro que guardaba en mi bolsillo, lo prendo y comienzo a fumar y ahora solo espero a que mi avión aterrice...
Oigo voces muy lejanas, murmullos quizás, no entiendo lo que dicen. No esperen ahora comienzo a comprender lo que dicen, sus murmullos se vuelven gritos:
-Crees que estará vivo.-dijo una voz un tanto infantil.
-Por supuesto que está vivo imbécil, que no escuchas como respira.- dijo otra voz que denotaba impaciencia y autoridad debía ser alguien de edad.
-Mira comienza a despertarse.-dijo la voz infantil.
-¿Donde estoy?.- pregunté intentando incorporarme.
-No te muevas.-dijo la voz autoritaria.-estás en los territorios de la base militar soldado. Es increíble que hayas sobrevivido ileso de la explosión.
-¿Por qué?.-pregunté confundido.
-Pues porque acaba de caer un avión enemigo en nuestros territorios y tú..
De pronto dejé de escuchar al hombre de autoritaria voz y comencé a pensar; si lo que decía esta persona era cierto que carajos pasaba, ¿es qué acaso me encontraba en una guerra, era yo un soldado?
-Hola, ¿estás ahí?.-intervino en mis pensamientos la voz infantil.
-¿Qué?.-pregunté malhumorado por la interrupción.
-Es como que te habías ido.-contestó
-No, solo me preguntaba qué mierda hago en una guerra.
-Ja, y no eres el único, todos nos preguntamos lo mismo.-dijo la voz autoritaria.
-Me ayudan a pararme.- dije
-Si claro.-dijeron los dos idiotas al unísono.
Me pararon y me dejaron de pie solo, de pronto todo se siente lejano, todo se nubla, los oídos se tapan, los soldados desaparecen, todo se vuelve negro...
Despierto sobresaltado con un calor infernal, con un ruido ensordecedor, todo se mueve. Estoy sentado, amarrado a un asiento, debía ser una pesadilla, cerré los ojos y los volví a abrir, definitivamente no era un sueño, había dejado la base militar. Me encontraba en un avión de combate y yo era el piloto, de pronto mi cerebro recuperó la cordura, yo nunca estuve en la base militar eso no era real, los dos soldados que me habían ayudado no eran mis compañeros sino mis enemigos, entonces el del avión derribado era yo. El calor infernal era el resultado del impacto de un misil en mi aeronave, el ruido ensordecedor era el del aparato cayendo a gran velocidad. Voy en un viaje hacia la muerte, intento elevar el avión pero nada, los motores estaban arruinados. Entonces espero mi fin, intento recordar mi vida, mi familia, mis amigos pero la desesperación me consume. Solo me queda rezar pero eso no evitaría mi muerte, además no me sabía ninguna oración. Me río a carcajadas de mi mismo, de mi situación, de la guerra, de mi vida, todo es ridículo. Saco un cigarro que guardaba en mi bolsillo, lo prendo y comienzo a fumar y ahora solo espero a que mi avión aterrice...
Benjamín Herreros
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