A veces sigo creyendo que volverá, me cuesta trabajo creer que no lo hará.
Simplemente no puedo.
Pueden llamarme insensato, pero todo lo contrario señores. El mundo en el que crecí, que la gente cree desaparecido, está más presente de lo que la gente quiere creer, aquel mundo donde la gente era amable, sus voces eran suaves y cada de uno de ellos creía en el amor, ese mundo donde cada palabra era una canción, y cada canción era agradable al oído... pero gracias a nuestro mérito, se derrumbó. Ese mundo se encuentra perdido entre nosotros, ¿que somos ahora? bestias, bestias con voces suaves como la tormenta, que llenan nuestra vida de falsas esperanzas, tristezas y amargura. Pero entre este mar de bestias se encuentra escondido el mundo que queremos.
Solamente nos falta aprender a cantar.
Vicente Stevenson de La Taille-Tretinville
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