Habiendo estado un poco más de un mes en ese infierno que ingenuamente llamaban cárcel, ya era hora de que me pusiera a pensar ¿Qué hacia un hombre honesto, inteligente, pacífico, amable y considerado, como yo, en un lugar como ese? ¿Será por haber mentido en la corte bajo juramento? ¿Será por haber agredido y asesinado a más gente de la que mi diminuto cerebro podía recordar? ¿Por haber robado millones y millones de dólares en las casas de reposo? No... Era algo más grande que unas infracciones menores. Hasta que me iluminé y la respuesta surgió tan clara como mi locura ¡Conspiración! Los científicos mediocres quieren deshacerse de brillantes mentes como la mía, ¡¿Cómo no lo había pensado antes?! Mi inteligencia está tan sobre el promedio que para aquel que está ligeramente sobre éste me considera una amenaza. Pensaba en salir de ahí... luego, se me ocurrió cómo...
Vicente Stevenson
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