Cada vez que amanezco me pregunto que sentirán mis hermanos y padres por tener a alguien tan maravilloso como yo en la familia, a veces me cuestiono también que pensaran mis otros familiares, pero rara vez pienso en ellos asique no es muy relevante. En fin. Es fácil de imaginar, soy increíble. Simpático, carismático, deportista y generoso. También he escuchado que destaco por mi humildad. Esta característica me la recalca día a día el sacerdote de mi colegio, que tiene la suerte de tenerme como alumno.
Hay un compañero de curso que trata de ser como yo, me quita protagonismo. Intenta seguir mi filosofía de vida. Pero como es única, le es imposible. Les voy a ser sincero, a veces me da cierta envidia. Pero bueno, al grano. Ya todos me conocen.
Ese día viernes, como todos los anteriores, estaba tirado en mi cama contando mis enredaderas. La suerte de ellas, me pueden mirar todo el día. Iba en el nivel 45 del juego nuevo que me regalaron mis padrinos cuando sonó mi teléfono. Era el desgraciado de mi vecino que llamaba a la casa, nisiquiera a mi celular, ¡¡¡hizo que me parara de la cama!!!. El cree que somos compadres, me trata de "perro"... ¿Porque un animal? No se, nunca lo he entendido. Se podría decir que no tengo muchos amigos, la verdad no tengo ninguno, para qué si conmigo me basta. Lo que quería ese bueno para nada era que lo acompañe a una de esas casas con luces donde todos saltan, toman, vomitan, luego vuelven a saltar, toman y vomitan denuevo, así toda la noche. Una pérdida de mi tiempo. Para más remate había que pagar. Pagar para estar con gente inferior, que paradoja. Ellos deberían pagar por estar conmigo. No se como me convencí pero terminé en ese infierno, quería ver si algo me atraía. Era todo una farsa, todo superficial, las mujeres hacían un gesto y antes de alcanzar a pestañear ya tenían a 5 gorilas acechandolas. Parecía un burdel
Había sido todo en vano hasta que vi una cara conocida en la esquina. Mis maravillosos ojos no lo podían creer, era él. Ése idiota estaba en una fiesta. ¡¡Que hombre más hipócrita!!. Me acerqué un poco y había más, !!Parecía uno de esos simios!!. ¡¡Estaba teniendo contacto físico con una mujer!!. Para mi son todas iguales, ninguna me atrae, pero decían que esa tenía algo especial. Quise ver un poco más. A mi derecha había una pelea de monos y a mi izquierda un primate intentaba algo más con una mujer. Pero mis fanales se mantenían intactos en la escena, ni siquiera esas luces infernales podían quitármela de la vista. El hombre que decía parecerse a mí, que intentaba ser como yo, no podía controlar sus pasiones, se dejaba llevar por la sensualidad. Al ver eso sentí rabia. Envidia. Asco, me llené de emociones. ¿Si él lo hace, será porque le genera algo?¿Pensará en aquella mujer o sólo en su placer?. Me sentí confundido, por primera vez en mi vida me hice preguntas que hacían dudar de mi forma de vivir. Pobres compañeros que tienen esas emociones a cada minuto. Estaba sintiendo pena. Pena, ¡¿qué me pasa!?. Yo no soy así, no tengo sentimientos, no siento como los demás. Tal vez he perdido mi tiempo estos 17 años de egocentrismo...
Juan Pablo S. Silva E.
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