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Todos somos pintamonos


            Constantemente encontramos en nuestro país personajes que quieren llamar la atención, a estos los vemos en las calles, en los programas de televisión o en los partidos de fútbol. Un ejemplo más cercano aún es en las salas de clase, nunca falta el payaso del curso. A ellos se les llama de diversas formas: Pintamono, figurita, florero de mesa, entre otros. Tras vivir unos meses en Estados Unidos me di cuenta que esta característica es propia de los chilenos y, además, preocupa bastante a nuestros padres. Por eso quise hacer una investigación un poco más profunda del por qué de esta cualidad,  ya que nos afecta mucho y no necesariamente para bien, sino que casi siempre para mal. Los ejemplos a seguir de los ciudadanos chilenos no son los preferidos por nuestros procreadores, casi siempre son personajes de la farándula y más comúnmente futbolistas. El gran trauma de muchos padres, especialmente de los nuestros o mejor dicho los de “la cota mil” (como nos apodó cariñosamente el diario El mostrador), es que el prototipo de vida sea parecerse “al” Gary, a “la” Faloon o al famoso Alexis. Pero. ¿Qué tienen de especial estos seres?¿Son ellos los pintamomonos o los figuritas?
            Según unas definiciones que encontré en internet, la palabra pintamono significa: Persona que quiere atraer la atención en todo momento, o también persona que trata de sobresalir a toda costa (florero de mesa), y la palabra figurita: Dícese del aguevonado que quiere sobresalir delante de una mina. Cualquiera que lea alguna de estas definiciones tendería a pensar en alguien engreído, sobrado. Pero la verdad es que muchos de los pintamonos no poseen estos atributos, sino simplemente se ganan la vida con ello: Por ejemplo el vendedor de maní del estadio. Sino llama la atención del espectador, de la manera que sea, no va a conseguir que le compren sus productos. Por ello podemos afirmar que ser pintamono es una forma de vida. Cuantas veces hemos escuchado el “¡¡¡Maní barquillo cuchuiflí!!!, ¡¡¡cuchuflí maní barquillo!!! en las playas de nuestro país. Estos vendedores ambulantes son del tipo de pintamono que no les queda otra, ya que sin eso no tiene como ganarse el pan de cada día. Pero, por otro lado tenemos al pintamono flayte. Aquel que aparece haciendo gestos detrás de los periodistas de televisión con el único fin de salir en ellas y tener una milésima de segundo de fama. Nadie puede decir que nunca lo ha hecho o por lo menos ha tenido la intención de hacerlo.
            En el párrafo anterior hablamos profundamente sobre los pintamonos. Ahora quiero profundizar un poco sobre los figuritas. Como ustedes habrán visto, no hay mucho que profundizar. Pero si quiero dejar en claro que estos no son lo mismo. El figurita, definido anteriormente, es el chileno que sobresale del pintamono. Se podría decir que es el siguiente nivel. Es aquel personaje que logra aparar las miradas de la prensa. De los jóvenes, pero no necesariamente queriendo hacerlo, sino que ya ha conquistado ese prestigio. Por lo tanto todo lo que haga es de suma importancia y siempre van a haber cámaras que reporteen todos sus movimientos. Un ejemplo podría ser “El Alexis Sánchez” o la natural y sencilla Valentina Roth. Estos se ganan la vida por la atención del mundo. Por lo tanto cada paso debe ser premeditado. Muchas veces los figuritas tienen asesores de imagen para que sus acciones causen revuelo en la sociedad. En conclusión. Para ser figurita hay que pasar por la etapa del pintamono. No se nace siendo una figura. Hay que merecerse ese status.
            Luego de este pequeño resumen sobre los pintamonos y los figuritas me atrevo a decir que todo chileno tiene algo de esto. Todos nosotros tenemos ese gustito de que nos miren. Quizás nos quedamos en pintamonos, pero queremos acaparar miradas de todas maneras. ¿En que me baso para afirmar esto? En la última jornada mundial de la juventud. A la que tuve la suerte de asistir. Se escuchaba, más que cualquier otro grito el ¡¡¡CHI CHI CHI LE LE LE!!!, particular de todo chileno en cualquier evento que se realice. Simplemente nos gusta mostrar que estamos presentes. Por todo lo dicho anteriormente podemos responder a la interrogante del primer párrafo. Se las repito por si la han olvidado. ¿Que tienen de especial estos seres?. Son distintos. Quieren marcar una pauta. Al igual que todo chileno, sea de la clase que sea. Ellos quieren sobresalir. TODOS los chilenos queremos marcar pauta, desde el pícaro, el lanza, hasta el economista más sabio del país. Especialmente todo ciudadano que se dedique a las artes. Que sería de ellos sin sus “fans”. Por lo tanto todos los chilenos somos especiales, unos más que otros. Pero en fin. Todos somos pintamonos.
            Así lo ve un pintamono más.

Juan Pablo S. Silva Echeverría


            

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